Ciclo menstrual y menopausia: ¿cómo afectan los cambios hormonales a los hábitos alimenticios y a las emociones?

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Bienvenida de nuevo, buenorra. En este artículo me gustaría tratar el temazo del ciclo menstrual y de la menopausia en las mujeres y de cómo estos cambios hormonales, a los que tenemos que enfrentarnos durante prácticamente toda nuestra vida, nos afectan.

Porque sabrás de sobra que no es lo mismo el hambre emocional que se te despierta en la semana premenstrual que después de ovular. O las emociones que experimentas en cada una de las cuatro etapas. Y si eres de las que ya están conviviendo con la menopausia o la has pasado, seguro que sabes de lo que te hablo cuando te digo “antojos”.

Pues eso. 

El ciclo menstrual es un proceso natural y complejo que nos afecta a todas las mujeres en edad reproductiva, pero sus impactos van más allá de lo fisiológico y eso es lo que vamos a ver juntas hoy.

Entender cómo el ciclo menstrual puede afectar a tus hábitos alimenticios y emociones puede ser el primer paso para encontrar el equilibrio y mejorar tu bienestar general.

Empecemos por el principio.

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¿En qué consiste el ciclo menstrual?

No te voy a enseñar nada que no sepas, pero ponerte en contexto para que diferencies claramente las cuatro etapas de la que está compuesto el ciclo me sirve como apoyo para hablarte después de cómo nos afecta en nuestros hábitos alimenticios y emociones.

Entonces, el ciclo menstrual se divide en cuatro fases principales: la fase menstrual, la fase folicular, la ovulación y la fase lútea. Y cada una de estas fases se caracteriza por cambios hormonales específicos que influyen en tu cuerpo y en tu mente de forma significativa.

Vamos a hacer un repaso por ellas:

Fase menstrual (días 1-5): la fase menstrual marca el comienzo del ciclo y, durante esta fase, el revestimiento del útero se desprende y se expulsa a través del sangrado menstrual. Aquí los estrógenos y la progesterona están bajos, y los síntomas comunes son la fatiga, calambres abdominales y los cambios de humor (¿te suena?).

Fase folicular (días 1-13): la fase folicular comienza el primer día del ciclo menstrual y se extiende hasta la ovulación. En esta fase, el cuerpo se prepara para una posible ovulación. En esta fase la hormona que está involucrada es el estrógeno, que aumenta gradualmente. Y los síntomas comunes son el aumento de la energía, un mejor estado de ánimo y el incremento de la motivación.

Ovulación (día 14): la ovulación ocurre aproximadamente a mitad del ciclo, cuando un óvulo es liberado del ovario. Aquí tenemos un pico de estrógeno y de la hormona luteinizante (LH), lo que provoca un aumento de la libido, cambios en el flujo vaginal y un ligero dolor abdominal.

Fase lútea (días 15-28): la fase lútea comienza después de la ovulación y dura hasta el inicio del siguiente periodo menstrual. En esta fase se da un aumento de la progesterona y se encuentran niveles variables de estrógeno. Los síntomas comunes son el síndrome premenstrual (SPM), que incluye hinchazón, sensibilidad en los senos, cambios de humor y antojos alimenticios.

Habiendo hecho este breve repaso para situarnos, ahora sí pasamos al tema que verdaderamente nos despierta el interés.

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¿Cómo impactan estos cambios hormonales en nuestros hábitos alimenticios?

A poco observadora que seas, te habrás dado cuenta de que a lo largo de tu ciclo ese precioso body que tienes te va pidiendo cosas distintas. Y en lo que se refiere a la comida, habrás notado la ansiedad por comer en más de una ocasión. 

Por eso a continuación te voy a contar qué cambios hormonales se dan y cómo te influyen:

En la fase menstrual es muy común experimentar una disminución del apetito debido a los calambres y a la fatiga. Pero, por otro lado, se suele sentir antojo por comidas dulces y calóricas, que al comerlos te reconfortan y te hacen sentir “en casita”. 

En la fase folicular, el aumento de estrógeno lleva a una mayor sensación de bienestar y control sobre los hábitos alimenticios. Nos encontramos en un momento de mayor equilibrio en todos los sentidos y, si nuestra intención es cuidarnos, la tentación de caer (en exceso) en aquello que sabemos que nos hace daño será menor.

Cuando llegamos a la ovulación, aumenta el metabolismo y eso nos hace tener más apetito. Aquí lo del equilibrio que te comentaba empieza a brillar por su ausencia y todo lo que lleve chispi-chispi empieza a llamaros con voz aterciopelada.

Por último, en la fase lútea se experimentan antojos intensos de alimentos ricos en carbohidratos y azúcares. Esto pasa por la disminución de la serotonina y el aumento de la progesterona. Vamos, que es normal pensar en bollos, pasta italiana y cascadas de chocolate. No estás sola en esto, buenorra.

Ya hemos hecho un pequeño mapa circular sobre cómo funciona nuestro cuerpo a nivel de hormonas y apetencias alimentarias, pero… ¿y las emociones? ¿Qué papel juegan en todo esto?

Te cuento.

Este es el impacto que el ciclo menstrual tiene en nuestras emociones

Yo que me dedico a acompañar a mujeres en su transformación hacia una mayor autoestima, haciendo las paces con su cuerpo, puedo ver cuando están más débiles emocionalmente hablando en esta lucha contra el sistema. 

Hay semanas en las que se comen el mundo (ovulación) y semanas en las que todo les parece que funciona en su contra (fase lútea).

Y es lógico. El cuerpo de la mujer es complejo y los ciclos hormonales nos hacen experimentar una montaña rusa de emociones cada mes durante nuestra adultez.

Por eso, entender cómo funcionamos y en qué punto del ciclo nos encontramos nos dará mucha claridad a la hora de tomar decisiones impulsivas o de sentenciar que algo no está funcionando. 

Te lo ilustro mejor recorriendo de nuevo las cuatro fases:

Durante la menstruación, los niveles bajos de estrógeno y progesterona nos llevan a sentirnos tristes o irritables con más facilidad de lo normal. Lo que yo te recomiendo es que seas paciente contigo misma y que te des espacios de relajación, quizás practicando meditación y/o yoga para aliviar el estrés y mejorar ese estado de ánimo que te tiene cruzada.

En la siguiente fase, la folicular, el aumento de estrógeno mejora el estado de ánimo y notas claramente cómo te vienes arriba con facilidad, con más motivación y energía. Este periodo es para aprovecharlo, buenorra. Canaliza todo ese buen rollo a través de la creatividad y de las actividades que necesiten de tu foco.

Cuando llegamos a la ovulación, el pico de estrógeno y LH hace que aumente la confianza en ti misma y te apetezca estar “más hacia afuera”, compartiéndote. Este es un bien momento para participar en actividades grupales y para socializar en general.

Por último, en la cuarta fase, la lútea, nos topamos de bruces con el síndrome premenstrual que trae consigo irritabilidad, ansiedad y cambios de humor a su antojo por culpa de las fluctuaciones hormonales. Te recomiendo que tengas un diario en el que escribas de forma regular cuáles son las emociones que estás experimentando. De esta forma podrás ver los patrones que tienes y cuáles son los desencadenantes. 

Además, prioriza el autocuidado y las actividades que te hagan sentir bien, segura y relajada.

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¿Y con la menopausia qué pasa?

Gran temazo.

La menopausia para las mujeres es un tortazo con la mano abierta porque el cuerpo empieza a cambiar en forma y funcionamiento de forma vertiginosa. El impacto hormonal en las emociones es bastante bestia y, si te pilla con la guardia baja, las consecuencias para la autoestima pueden ser desastrosas.

Todas sabemos que la menopausia es una etapa natural en la vida de una mujer y que nos llegará algún día entre los 45 y los 55 años. Pero lo que no todo el mundo conoce es que sus efectos pueden empezar a notarse varios años antes en una fase conocida como perimenopausia.

Lo que ocurre es que los niveles de estrógeno y progesterona disminuyen significativamente y las consecuencias son los famosos sofocos, los sudores nocturnos, la sequedad vaginal, problemas de sueño, cambios de humor, aumento de peso… 

En fin. Ya tú sabes. Una serie de catastróficas desdichas.

Por supuesto, todo este cocktail molotov influye directamente en los hábitos alimenticios de diferentes formas: 

  • Aumentando el apetito gracias a la disminución de estrógeno.
  • Cambiando la distribución de la grasa corporal, experimentando un aumento de la grasa abdominal (lo que puede ser muy frustrante, lógicamente).
  • Haciendo el metabolismo más lento.

Te puedes imaginar el impacto que tienen estos cambios en las emociones de quien lo sufre y en su calidad de vida. 

Por eso, lo que yo te propongo es lo siguiente:

Déjate acompañar para conocerte mejor y encontrar el equilibrio emocional en todo momento

Sea cual sea el momento vital en el que te encuentres.

Tanto si todavía estás conviviendo con tu ciclo menstrual como si has entrado ya en la menopausia, observarse y racionalizar qué es lo que te ocurre y por qué siempre es un gran alivio. 

Por si es la primera vez que aterrizas en mi blog, me voy a presentar. Mi nombre es Ana Morales y soy psicóloga especializada en nutrición emocional. Me dedico a acompañar a mujeres de cualquier edad a recuperar la buena relación con su cuerpo y a detectar patrones y hábitos nocivos relacionados con sus emociones.

Lo hago a través de sesiones de terapia individual y de mi programa grupal “¡Qué buena estoy!”.

En cualquier caso, mi intención es ayudar a todas las mujeres con las que trabajo a comprenderse y aceptarse, elevando su autoestima y procurando que aprendan a dejar de sufrir por estereotipos sociales impuestos que no sirven para nada. 

Y gracias a las experiencias que he tenido junto a ellas, escribí este libro que puede que te sirva para empezar a detectar de donde viene ese malestar relacionado con tu autoimagen.

Espero que este post te haya servido para abrir boca, buenorra.

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Y si tienes sugerencias, dudas o alguna aportación interesante a este tema, te leo en comentarios.

¡Hasta pronto!

Ana Morales, psicoterapeuta especializada en nutrición emocional.

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Soy Ana Morales, psicoterapeuta especializada en nutrición emocional. En este blog encontrarás historias, reflexiones, herramientas y “empujones de realidad” que te ayudarán a ver la vida con otras gafas. Unas gafas bien brillantes, hecha a tu medida, que te permitirán disfrutar de aquello que hoy es para ti un calvario: tu cuerpo.

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Soy Ana Morales, psicóloga y coach nutriemocional. En este blog encontrarás historias, reflexiones, herramientas y “empujones de realidad” que te ayudarán a ver la vida con otras gafas. Unas gafas bien brillantes, hecha a tu medida, que te permitirán disfrutar de aquello que hoy es para ti un calvario: tu cuerpo.

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